El Observatorio Astronómico de UTN San Francisco propuso, en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado ante el avance del coronavirus, la observación de la Luna desde nuestras casas. Para eso, aportó una serie de datos interesantes para aprender también un poco más acerca de ella.
Así, explicaron que la Luna es el objeto celeste más grande y fácil de observar a simple vista después del Sol y el único satélite natural de la Tierra.
En el Sistema Solar, conformado por ocho planetas, Mercurio y Venus no tienen satélites naturales mientras que los otros seis planetas restantes sí, es decir, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Tamaños y distancias
La Luna tiene características especiales: es el satélite de mayor relación de tamaño con respecto al planeta. Los diámetros aproximados son de 3.500 kilómetros para la Luna y 12.800 kilómetros para la Tierra. Esto quiere decir que la Luna tiene aproximadamente un cuarto del tamaño de la Tierra, cuando generalmente los satélites son muchos más chicos que el planeta al que orbitan.
Si comparamos su tamaño con el resto de los satélites naturales del Sistema Solar, la Luna es el quinto. El más grande es Ganimedes (D ≈ 5.280 Km) satélite de Júpiter.
La distancia Tierra - Luna es variable: en el apogeo (la mayor distancia) se ubica a 407.000 kilómetros y en el perigeo (distancia menor) a 357.000 kilómetros. Si el perigeo coincide con la fase de Luna Llena se observa más grande y brillante, se llama “Super Luna”.
La distancia fue medida por Hiparco hace 2.170 años, 100 años antes otro griego llamado Eratóstenes había medido la circunferencia de la Tierra. Cabe destacar que ambos resultados fueron muy aproximados a los actuales (Perímetro de la Tierra ≈ 40.000 kilómetros).
Los tamaños y las distancias Tierra - Luna – Sol tienen una particularidad sorprendente que causa los eclipses totales de Sol: el diámetro de la Luna es 400 veces más pequeña que el Sol, pero se encuentra unas 400 veces más cerca, por lo que el diámetro aparente es similar y la Luna oculta todo el Sol, esta coincidencia se da únicamente en el planeta Tierra. Los eclipses de Luna se producen cuando se observa que la Luna entra en la sombra de la Tierra que causa el Sol.
El sistema Tierra – Luna es un sistema binario, la Luna no gira alrededor del centro de la Tierra, sino que la Tierra y la Luna giran alrededor de un punto llamado “centro de masa” que está a 1.700 kilómetros debajo de la superficie de la Tierra. Se destaca que la órbita de la Tierra alrededor del Sol es prácticamente circular a una distancia aproximada de 150.000.000 kilómetros. Las mareas de los océanos, cambios en el nivel del mar, se producen por la interacción gravitatoria de la Luna (y el Sol) sobre el agua líquida.
Desde la Tierra, la Luna muestra siempre una cara. La cara oculta (y no oscura) de la Luna era desconocida hasta que fue fotografiada en octubre de 1957 por la sonda espacial soviética Luna 3 que giró en órbita lunar.
Foto de la cara oculta por el Luna 3.
El 20 de julio de 1969 el módulo lunar Eagle alunizó y Neil Armstrong caminó por primera vez en la Luna. Se observa la Tierra en el horizonte.
Cada 29,5 días la Luna pasa por 4 fases: se ve toda iluminada por Sol (Luna Llena LL), luego disminuye la parte iluminada (Cuarto Menguante CN), toda oscura (Luna Nueva LN) y luego aumenta la parte iluminada (Cuarto Creciente CC) y finalmente LL.
A simple vista la Luna muestra zonas oscuras, planicies que parecen agua (“mares”) y zonas claras o altas. Cuando se observa con un telescopio o un binocular, se observan muchos cráteres de distinto tamaño producidos por choques de meteoritos.
El primero en observar los cráteres con un telescopio fue Galileo Galilei en 1609.
Foto de la Luna a simple vista.
Foto de los cráteres sacada con el telescopio del Observatorio.
Según datos y mediciones de las propiedades de la Luna, hasta ahora se acepta que su formación se produjo en las etapas iniciales de la formación del Sistema Solar, cuando la Tierra estaba en estado pastoso y un cuerpo del tamaño de Marte (Tea) chocó oblicuamente con la Tierra. Por efecto del choque, quedaron muchos restos que después de varios fenómenos formaron la Luna como actualmente la conocemos.