El ingeniero electrónico Milton David Barbosa, graduado de UTN San Francisco, afirmó que la capacitación personal y profesional debe ser continua: “Siempre debemos seguir capacitándonos, estudiar te da la posibilidad de tener otra apreciación de cada cosa que te va pasando y da muchas alternativas”.
“En una materia que dicto en el Instituto Secundario José María Paz de Devoto, veo que la juventud tiene muchas ganas, ellos saben que deben seguir el camino de la capacitación, lograr el equilibrio entre el trabajo y el estudio debido a que hace unos años la industria se desarrolló notablemente e ingresan profesionales para todas las áreas: calidad, sistema, laboratorio, mantenimiento, producción, y muchos más, se incluyen permanentemente recursos humanos capacitados”, expresó el profesional, de 38 años.
Barbosa reside en Devoto, hizo sus estudios secundarios en el Ipet 50 de San Francisco “porque me gustaba la Electrónica”, explicó. Luego recordó: “A los 15 años me vine de Devoto a vivir a San Francisco. Cuando se acercaba el final de la etapa secundaria, como muchos jóvenes comencé el dilema de elegir qué seguir estudiando: en ese momento también me gustaba la orientación de Bioquímico y Medicina, ambas se dictaban en Córdoba, finalmente como la Electrónica era mi especialidad decidí seguir en UTN San Francisco, entre otras cosas, debido a cuestiones particulares y económicas, comencé a cursar la carrera Ingeniería Electrónica en 1997”.
“Empecé primer año viajando todos los días bien temprano en colectivo, junto a un grupo de 5 o 6 compañeros del pueblo, recuerdo que como llegábamos 15 minutos más tarde del inicio de clases nos teníamos que sentar a tomar apuntes adelante y en el suelo. Por mi forma de ser, ya desde este primer año de universidad siempre trabaje los fines de semana: haciendo de mozo, luego en una planta de silos, en pequeños trabajos particulares de electricista, y otros más. Ya en segundo año ingrese a una empresa del pueblo, CAPYC – Fabrica de Envases Plásticos-, entre 8 y 9 horas diarias, operando una máquina impresora de envases y sobretapas. Lo que destaco de esa etapa es la posibilidad que me dio la empresa de estudiar y a la vez la Facultad de poder cursar a la tarde y a la noche, entonces podía trabajar y estudiar a la vez. La empresa siempre me ayudó cuando necesitaba días para rendir, pero cuando había que trabajar los fines de semana, o existían compromisos en la propia semana había que cumplir horario y luego hacer un esfuerzo, dedicar varias horas extras de estudio”, agregó.
El ingeniero continuó repasando su formación profesional: “Ya en mi tercer año de la Facultad, años 1999 y 2000, la organización comenzó a vender productos a empresas lácteas reconocidas de la zona, y esas mismas organizaciones exigen que tengas desarrolladas Normas de Calidad, principalmente Sistemas de Gestión de Calidad, de esta manera el ingeniero Daniel Ades, jefe de planta, una persona muy idónea, respetuosa y de gran profesionalismo que fue la base de mi formación hasta el día de hoy, me designó en ese momento como responsable de Calidad. La empresa contrató a dos Ingenieros egresados de Facultad San Francisco, Eduardo Boaretto y Gerardo Baisssero. Ellos nos asesoraron durante dos años para la implementación, fue así que empecé a desarrollar la Norma ISO 9000 – Sistema de Aseguramiento de la Calidad-, mientras las aplicaba en la empresa a la vez también alternaba trabajando en producción. En paralelo, año 2001, adquirí una casa muy humilde y mi primer auto, un Fiat 600, para poder darme mis primeros gustos: intercalaba cuatro viajes en colectivo y uno en vehículo: el Fiat 600”.
“En 2005 me casé y pude recibirme al siguiente año, luego de presentar tesis en equipo con el ingeniero Enrique Bergese. Desarrollamos un Sistema de Control Lechero donde una vaca entraba a un brete, allí se censaba el número de animal, enviaba el dato a un sistema que identificaba la cantidad de comida que tenía que dosificarse, a la vez se le colocaban las pezoneras para censar y registrar cuantos litros de leche eran extraídos, finalmente cuando la vaca se retiraba registraba cuanta comida había consumido, todos estos datos se guardaban en un software para que en cualquier momento se obtenga el historial de cada animal. Recuerdo que tuvimos que hacer físicamente una maqueta de 1 metro por 80 cm, el esfuerzo de la tesis fue de alrededor de un año, un largo camino con mensajes de mi actual esposa que decían por ejemplo: ‘Tranquilo, un poco más de esfuerzo que la vaca mañana va a comer…’, son todas muy lindas anécdotas que al final del camino te quedan de recuerdo para siempre. Lo importante es poder plantearse el objetivo y tener esa meta día a día, con dedicación, como todo en la vida, siempre hay grandes posibilidades de lograrlo. Si bien no se nos dio finalmente de aplicar en el mercado nuestro sistema, fue una gran experiencia”, explicó Barbosa.
El graduado de UTN San Francisco también destacó que “en 2007 junto a mi esposa Mariela comenzamos a formar nuestra familia con la llegada de Paulina, luego Nicolás en 2009 y Joaquín en 2013, en el caso que la vida te permita tener el apoyo de la familia, padres, hermanos, compañeros, amigos, esto te da un extra para que puedas desarrollarte, es muy importante. En lo particular, mi familia fue el pilar más destacado para poder desarrollar la carrera”. Y añadió: “Trabajar desde segundo año en una empresa y estudiar al mismo tiempo resultó muy bueno porque me formó de una manera más integrada, de esta manera mi carrera se desarrolló durante nueve años pero estoy muy feliz de que haya sido así. Al finalizar seguí trabajando en Calidad y actualmente como Responsable de Producción siempre en la misma empresa, que me dio a través de sus directivos, Consejo de Administración y el gerente, contador Domingo Benso, muchas posibilidades de desarrollo por lo cual estoy agradecido”.
También explicó que “en 2009 y 2010 pude realizar un posgrado de Higiene y Seguridad en el Trabajo en UTN Córdoba, lo que hizo que hoy me desarrolle también en el área de seguridad. Actualmente estoy cursando el posgrado de Ingeniería Ambiental en UTN San Francisco”.
Finalmente Barbosa destacó que “hoy cada vez que visito la Facultad San Francisco, observo entre otras cosas las salas de informática y los laboratorios de las distintas especialidades, eso me emociona muchísimo. Nosotros por allá en el año 2000 teníamos trabajos prácticos en grupos, los hacíamos en un pequeño laboratorio, recuerdo un banco y un armario con escasas herramientas y algunos pocos componentes, realmente pequeñas posibilidades de aplicar lo que desarrollábamos en clase, juntos a los profes hacíamos lo que podíamos. Actualmente la UTN San Francisco está muy bien equipada, brindando la posibilidad a los alumnos de formarse en la faz teórica y práctica como corresponde. Siempre pasa por mi cabeza que mis hijos tienen que aprovechar esta gran posibilidad que tenemos en la región”.