Se conmemora hoy, 10 de abril, el Día de la Investigadora y el Investigador Científico, en homenaje al Dr. Bernardo Houssay, científico argentino de fundamental relevancia para el desarrollo de la ciencia en nuestro país, Premio Nobel de Medicina en 1947. Es una fecha para destacar el trascendental rol que la investigación científica tiene para el desarrollo de los países, y poner en relieve a quienes la llevan adelante en nuestra Facultad Regional de la UTN.
Houssay ganó en 1923 el Premio Nacional de Ciencias, fundó el Instituto de Fisiología, y separado de éste, creó en 1944 el Instituto de Biología y Medicina Experimental -que contaría entre sus alumnos con Luis Federico Leloir, premio Nobel 1970-. En 1947 fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina siendo el primer latinoamericano laureado en Ciencias. Asimismo, en 1958 promovió activamente la creación del CONICET del que fue su primer presidente, ocupando ese puesto hasta su fallecimiento en 1971.
El Secretario de Ciencia y Tecnología de UTN San Francisco, Dr. Diego Ferreyra, se refirió a esta fecha tan especial que destaca el papel de la investigación científica, uno de los pilares de la Universidad Pública Argentina. También recordó sus comienzos como investigador y qué es necesario para ser parte de los equipos que buscan correr la frontera del conocimiento.
- ¿Cómo comenzó tu camino como investigador? ¿Qué te atrajo de esa actividad? ¿Hubo algo que te animó a ingresar en el mundo de la investigación?
- Todos queremos que cada vez más estudiantes y graduados se interesen por investigar, pero es una vocación que cada uno descubre a su tiempo. Mi experiencia fue parecida a la de muchos colegas: trabajé varios años en la industria durante la carrera y también como graduado. Yo me veía a futuro haciendo eso todos los días, como ingeniero “a la manera clásica”. Pero un tiempo antes de recibirme, vi un anuncio en el pasillo de la Facultad donde un grupo de investigación buscaba estudiantes. Era el CIDEME, que estaba armando Omar Gallo, un exdocente a quien muchos le agradecemos haberse animado a investigar en Ingeniería Electromecánica y habernos animado a muchos a seguirlo, incluso docentes y becarias de Ingeniería Química.
Primero me interesé porque en CIDEME descubrí detalles de los motores eléctricos que se me habían pasado por alto cuando estudiaba, pero después me di cuenta de golpe de algo más importante: que no estaban cerradas todas las respuestas de la ingeniería, que los libros o las tablas que usábamos estaban muy lejos de estar terminados, y que siempre, siempre, había algo más para investigar que le podía ser útil a alguien de tu entorno. Incluso con toda la inteligencia artificial que manejamos hoy, eso sigue siendo cierto. Ya más de 25 años después, tengo la suerte de trabajar todos los días en el mismo CIDEME a la par de un grupo más amplio de colegas docentes, becarios y estudiantes que tienen el mismo entusiasmo por la investigación. Nos extendimos a las energías renovables, la biomasa y la eficiencia energética, y combinamos referentes de todas las ingenierías y de la Licenciatura en Administración Rural. Cada uno en lo suyo, nos apasiona lo que hacemos, trabajando en objetivos comunes.
Dr. Diego Ferreyra, Secretario de Ciencia y Tecnología de UTN San Francisco
- Y además los matices personales que surgen en el camino de la vocación de investigador, ¿viviste otros relacionados con tu especialidad, o realmente cualquiera puede investigar?
- En mi carrera original de Electromecánica, este camino de comenzar a investigar fue un poco más especial: en otras áreas, como la Química, siempre estuvo un poco más claro que era posible dedicarse a investigar, pero en una carrera como la nuestra, no, porque en aquel entonces estaba más instalada la idea de que la industria era la única salida laboral. Me parece que pensábamos que un investigador era como un semidiós, alguien superdotado, con capacidades fuera de lo común. Después, en el camino, te vas dando cuenta de que cualquiera de nosotros puede investigar. La única condición es mantener viva la curiosidad y no conformarse con lo que dicen los libros. Por supuesto, tenemos que formarnos para hacer un trabajo metódico todos los días, no podemos estar improvisando en nuestros proyectos, porque comprometemos recursos públicos en todo esto.
- ¿Qué hace falta para hacer investigación desde una facultad como la nuestra?
- Como Secretario de Ciencia y Tecnología, puedo afirmar que, en una Facultad como la nuestra, “en el interior del interior”, hay muchas oportunidades de hacer desarrollos e investigación aplicada. La mayoría de los estudiantes y docentes estamos conectados de alguna manera con empresas cercanas, así que es una tendencia natural investigar sobre problemáticas locales y regionales. En menor medida, hay grupos que hacen investigaciones básicas, y está perfecto también, porque cualquiera de nuestros proyectos fortalece lo que pasa en las aulas. El derrame de las actividades de investigación hacia las carreras es algo siempre positivo y de un impacto enorme, aunque a veces es difícil de medir y por lo tanto es un poco incomprendido.
Por el tamaño de ciudad y la cantidad de estudiantes, tal vez no tengamos los mejores recursos ni los equipos de ensayo más específicos. Esto se suele salvar en parte haciendo colaboraciones con otras Facultades cercanas, y también es cada vez más común generar convenios con empresas para que nosotros podamos acceder a su equipamiento y ellos puedan acceder a nuestros análisis, ensayos, etc.: las dos partes ganan. Creo que esto de investigar en colaboración con las empresas nos aporta la resiliencia, el “aguante” suficiente, para atravesar dificultades como la pandemia en su momento, o los desafíos presupuestarios actuales de la Universidad. Y ni que hablar sobre la invalorable ayuda que implica nuestra cercanía con la Municipalidad local, o con las Cooperativas y municipios de los pueblos y las ciudades cercanas, de donde vienen nuestros propios estudiantes.
De todos modos, más allá de tener que comprar insumos o equipamientos, la clave para poder investigar sigue estando en las personas que trabajan en esa actividad. Esto parece una frase hecha, pero la verdad es que lleva muchos años formar a alguien para que trabaje profesionalmente en investigación después de recibirse. Hoy quisiéramos atender muchísimos temas más que hacen a la ciudad, a la región y a la industria local, pero todavía tenemos que seguir creciendo en cantidad de investigadores con dedicación suficiente, es decir, que quieran hacer carrera para acceder a estos trabajos a tiempo completo. Hace varios años que vamos por buen rumbo, solo que formar profesionales tan específicos es siempre una tarea de orfebrería, y los vaivenes económicos siempre juegan en contra.
- ¿Cuáles son las fortalezas, a nivel general, de la investigación en nuestra Facultad y de la UTN, la única Universidad federal del país?
- En el país, UTN tiene una fortaleza particular con la distribución geográfica de sus Facultades. Nosotros trabajamos conectados con colegas de muchas otras ciudades del país que analizan problemas parecidos. A veces surgen colaboraciones sorprendentes, como investigaciones y desarrollos locales que impactaron en la industria pesquera, apícola o petrolera, porque siempre compartimos redes con colegas de todos lados.
Como decía antes, la fortaleza de nuestra Facultad es la conexión natural que tenemos con el medio socioproductivo. La mayoría de nuestros docentes trabajan en empresas o de manera independiente con los mismos temas que después desarrollan en el aula y en los laboratorios de investigación. Y los estudiantes vienen de ese mismo entorno, muchos traen experiencia o van accediendo a pasantías en empresas locales. Entonces, la mayoría de nuestras investigaciones también son muy situadas, buscan algo que aporte al crecimiento de la ciudad y la región.
Como suele pasar, la misma fortaleza plantea al mismo tiempo un desafío: hay tanta cercanía con la industria, que a veces es difícil conseguir que se acerquen suficientes estudiantes, graduados o docentes a este otro ámbito de la investigación universitaria. Parece una frase hecha, pero la clave está en las personas: si bien todos pueden iniciarse en la investigación, se necesitan unos años para que alguien se forme como investigador y vaya creciendo hasta afianzarse. Es una cuestión de proporciones, de cantidad de personal en el tema.
- Esta fecha surge para conmemorar el día dle nacimiento del Dr. Bernardo Houssay. En una entrevista Houssay afirmó que “sin investigación científica y técnica, ningún país moderno puede sobrevivir, se estanca y se atrasa”. ¿Qué opinión me podés dar sobre esto como graduado de una Facultad del interior, y docente investigador de este rincón del país?
- Como graduado de la Facultad, me alegro de haber descubierto esta posibilidad de investigar en ingeniería aquí mismo, en San Francisco, y me siento honrado de poder ir aportando un granito de arena todos los días para que esto siga creciendo. Como tantos colegas, sueño con que más estudiantes y graduados de la Facultad descubran todo lo útil que pueden aportar a esta región investigando a conciencia. Ya quedó claro que los países desarrollados tienen la investigación como una de sus prioridades: no podemos perder eso de vista. Menos aún al ser una Facultad de ingeniería, en el contexto de UTN, una universidad pública con impacto en todo el país.