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Tres graduados de UTN San Francisco comparten su valiosa experiencia profesional

Tres graduados de UTN San Francisco comparten su valiosa experiencia profesional

24/10/2020 |  A lo largo de sus cincuenta años de presencia en nuestra ciudad, la Facultad Regional de la UTN aportó profesionales que de una forma u otra impactaron en la consolidación del progreso y el desarrollo productivo en nuestra región, el país y el mundo. Tres graduados de esta casa de altos estudios, Marcelo Ramonda, Gabriel Battán, y Marcelo Beltramo, relatan su experiencia profesional y coinciden en la transformación que produce a nivel personal y social el acceso a conocimientos de primer nivel a través del sistema público de educación superior.

Marcelo Ramonda, ingeniero electrónico, se graduó en diciembre de 2003. Hoy vive con su familia en Montreal, Canadá, donde se desempeña como Senior Project Manager de la multinacional Saputo, empresa láctea dueña de firmas como Molfino Hnos. y La Paulina.
¿Cómo llega un ingeniero nacido en Rafaela, y graduado en UTN San Francisco a ser gerente de proyectos en una empresa en Canadá? Él mismo lo explica: “En diciembre me gradué y en enero de 2004 comencé a trabajar en una fábrica de válvulas de Rafaela, y seis meses después me fui a Saputo. Empecé trabajando en Mantenimiento, después pasé a ser líder de proyectos, gerente de proyecto en Ingeniería, y en 2009 me ofrecen venir a vivir a Canadá para trabajar en ingeniería corporativa como gerente de proyectos, así que desde entonces vivo en Montreal, y trabajo en una multinacional como Saputo, hoy soy Senior Project Manager”.
“Soy el que gerencia, tengo un presupuesto, un deadline para llevar a cabo un proyecto, tengo que desarrollar un cronograma para llevar adelante el proyecto para determinada fecha, teniendo en cuenta los requerimientos, el producto final a entregar, el presupuesto, y en el medio hay que conformar un equipo de trabajo, contratar empresas, hay gente que hace compras, pedidos, la instalación de lo que se vaya a hacer, que en mi caso es hacer fábricas”, explicó.
Después amplió: “El gerente de proyecto es quien administra el presupuesto, quien da las direcciones del rumbo del proyecto y hace la interacción entre la parte gerencial de la compañía, es la cara visible ante la compañía por el desarrollo de ese proyecto, y la cara visible ante las empresas contratadas que son las que reciben las directivas”.

Marcelo Ramonda trabaja en Saputo Hnos. y vive en Montreal


Al referirse a los cambios transitados durante su vida profesional, Marcelo Ramonda comentó: “Cuando me recibí, al principio, pensaba que tenía que estar diseñando plaquetas, es como que sentía que no hacía honor al título o al sacrificio que había hecho para llegar al título, porque pensaba que me iba a recibir y me iba a dedicar exclusivamente a la electrónica en sí misma, y en 2003 no había mucho trabajo para eso. Y con el tiempo uno aprende que el ser ingeniero va mucho más allá del campo de expertiz que uno tiene, la ingeniería te da herramientas, la forma de ver las cosas y la forma en encarar un problema y encontrar una solución, y si esa solución está en tu área de competencia, es más simple, y si no está en tu área, hay que sacar un poco más de uno mismo”.
Uno como ingeniero tiene esa vocación de expandirnos hacia lo que uno todavía no sabe, correr más alta la vara, llegar más lejos, y eso pasó con mi carrera: empecé reparando plaquetas, pasé a programar, involucrándome después en los procesos, preguntando por qué necesitaban esto o aquello, y al involucrarme en el proceso, aprendí la físico química del proceso, del producto en sí mismo, interactuar con ingenieros químicos, ingenieros de medio ambiente, y el interactuar con esa gente hace uno se vaya desarrollando profesionalmente más allá del campo de acción inicial. Y de a poco el proceso me fue llevando de las plaquetas de electrónica a los procesos, tomar decisiones, correrme del área de confort, tomar riesgos y decisiones con conocimiento de causa, tratando de ir un paso más allá, con soluciones a las situaciones presentadas, y eso me fue abriendo paso en mi carrera”, destacó.
Ramonda remarcó asimismo que “muchos dicen que los ingenieros son de mente cerrada, y es todo lo contario, hay que tener la mente abierta, aceptar los cambios, adaptarse a los cambios para seguir mejorando, corriendo la vara más arriba a nivel profesional, personal y social. El título universitario abre puertas, pero el potencial que te da estudiar ingeniería abre las puertas. La ingeniería hace ver las cosas de determinada forma que ayuda en la carrera de profesional, y creo que hay herramientas dentro de la carrera de Ingeniería que no se adquieren fácilmente en el campo, por ejemplo llegar de A a B, con las herramientas que te da la Ingeniería es más fácil. Por eso más allá de tener el título, lo que vale es el camino recorrido para llegar a ese título, las herramientas que uno va adquiriendo”.
“Hay gente que dentro de la Ingeniería se queda en un área y profundiza los conocimientos y corre la frontera del conocimiento en esa área. En mi caso tuve que expandirme lateralmente, salir de mi zona de confort para ir a algo que no estaba en mis planes, pero que era necesario para mi trabajo, y tuve que hacer foco en química, en la parte biológica, y siempre lo pude hacer gracias a la forma de ver las cosas que te da la ingeniería. Tener la forma de ver las cosas de un ingeniero que permite expedirse constantemente dentro de un área o lateralmente hacia otros campos”, puntualizó.


Ingeniero Gabriel Battán
Gabriel Battán se graduó de ingeniero químico en 2004. En el último año de su carrera comenzó una pasantía en la planta de molienda húmeda de maíz Arcor, que terminó con él como parte del personal de planta. Desarrolló tareas como ingeniero de procesos, trabajó luego en la planta de Arroyito, luego lo trasladaron a Tucumán como ingeniero de procesos, fue coordinador de TPM, jefe de mantenimiento, hasta que cambió de empresa: “Me fui a Molino Cañuelas, como gerente de una planta de envases flexibles, Allí también ocupó muchos roles: gerente corporativo de calidad, gerente industrial de 3 plantas, y gerente de negocios. Actualmente es gerente de planeamientos de inteligencia comercial de Alimentos Refrigerados S.A..
Al hablar del camino profesional que recorrió desde que se graduó, Gabriel explicó: “Primero creo que es la pasión que uno tiene para aprender y me parece que es fundamental. Un ingeniero que no tiene pasión y compromiso por el aprendizaje y la mejora la realidad es que no le va a ir bien en el área específica. El otro tema es que los ingenieros les aportamos a todas las áreas esta cosa que nos inculca la Facultad de trabajar con información dura. Peter Drucker decía que lo que no se mide no se controla, y lo que no se controla no se puede mejorar. Los ingenieros basamos la toma de decisiones en información dura, real. Un ex jefe mío me decía que si uno discute más de 10 minutos es porque no tiene información. El que tiene información, la decisión es obvia. Esta cosa de pasión por aprender y de medir y mejorar los procesos que uno tiene incorporado y que la universidad también lo terminó de consolidad me fue ayudando a que mis superiores confíen en mí y que cada vez que se buscaba a una persona, en lugar de buscar afuera me desafiaban a tomarlo al proceso”.
“La realidad es que más allá de mi especialidad de Ingeniería Química, hay un montón de factores, como el liderazgo, el manejo de equipos, el trabajar en equipo, la comunicación, la metodología de trabajo, te van consolidando para tomar cualquier responsabilidad. El ingeniero constantemente desafía los procesos, desafía lo que está, para mí lo más importante del ingeniero es combinar los conocimientos que tiene y siempre mirando también lo que son las nuevas tecnologías, es la combinación de todo lo que sabe y todo lo que mide más el aporte de la innovación. El ingeniero siempre tiene que estar atento de mil maneras. Hoy tenemos la posibilidad, por internet, cuando arranqué yo recibíamos revistas especializadas que mostraban los avances de la tecnología, de equipamiento. Hoy la realidad es que internet facilita esa actualización constante de la información y de las tecnologías que hay”, expresó Battán.

Gabriel Battán se desempeña en Alimentos Refrigerados S.A.


Después sentenció: “El objetivo principal del ingeniero, para mí, es el bienestar de la sociedad. Combinar los conocimientos con las nuevas tecnologías para lograr el bienestar de la sociedad. Cuando hablo de sociedad hablo de la comunidad, las empresas en las cuales el ingeniero está trabajando, el gobierno, las instituciones sociales. Y a su vez, hoy creo que el ingeniero también se tuvo que adaptar porque en décadas anteriores había un factor que no se tenía en cuenta sobre la mesa al momento de implementar mejoras, y es el factor climático, medio ambiental. El ingeniero además de todo tiene que tener evaluado cuál va a ser el impacto de las mejoras que va a realizar en el medio ambiente. Ya sea positivo o negativo, pero tiene que tener en cuenta eso. Para mí hoy con la escasez de recursos que tiene el mundo yo creo que el ingeniero es y va a ser cada vez más importante al momento de eficientizar esos recursos”.
“Yo vengo de una familia de clase trabajadora, y lo único que nuestros padres nos podían brindar en su momento, como única herramienta para desarrollarse era el estudio, no había mucho más. Si no hubiera tenido la UTN… yo estoy y le voy a estar agradecido siempre a la UTN porque yo no tenía recursos para estudiar afuera de San Francisco, la realidad es que no hubiera podido, gracias a Dios y a las buenas decisiones que se habrán tomado tenemos la UTN accesible, cuando arranqué en el 97 estaban las cuatro carreras solamente, las cuatro ingenierías, y para mí hubiera sido imposible estudiar en otro lado”, expresó Gabriel.
Y agregó: “La UTN me abrió las puertas tanto laborales como humanas que no hubiera podido experimentar de otra manera. La universidad me permitió viajar por el país, mi formación de ingeniero, que me brindo la universidad me permitió viajar por todo el país por temas laborales, por el mundo. Estuve en Europa, en Estados Unidos, en Brasil por temas laborales, gracias a la Universidad también formé parte de empresas que tienen modelos de gestión de lo último, gracias a la Universidad también conocí a mi esposa porque yo nunca en mi vida me hubiera ido a Tucumán, y por trabajo o por ser ingeniero fui trasladado allá y conocí a mi esposa. Para mí la universidad realmente cambió mi futuro y me dio herramientas para poder crecer y poder desarrollarme. Yo nunca había ido a un hotel, por ejemplo. Estoy hablando de cosas básicas. Con mis viejos no podíamos ir, y gracias a la universidad pude hacerlo. Generé muchos amigos, hasta el día de hoy tengo amigos de la universidad, no solamente compañeros de estudios sino personas con las que compartimos la vida. El rol de la universidad no solo profesionalmente, sino socialmente para mí fue impactante”.
“Es un privilegio que tengamos la UTN y con el nivel que tiene la UTN, nivel profesional, académico y el nivel personal también porque tenemos la ventaja que al ser una universidad que no es tan grande, el trato es muy personalizado y a mí también me ayudó muchísimo”, finalizó diciendo Gabriel Battán.

 

Licenciado Marcelo Beltramo
Marcelo Beltramo es Licenciado en Administración Rural. Se graduó en 2005, y regresó a su ciudad: Selva, Santiago del Estero. “Volví a lo mío, mi idea siempre fue para capacitarme para volver a trabajar en lo mío. Mi papá tenía campo y yo estaba con él, hice el secundario y cuando apareció esta oportunidad me gustó la carrera y me fui con la idea de volver a aplicar en lo mío, trabajar en lo que es la producción primaria, pero aplicando los conocimientos que había adquirido. Hoy ya estoy trabajando en una plantación propia por mi cuenta y siempre aplicando lo que fui adquiriendo, de ahí para acá no me capacité con cursos que te entreguen diplomas o certificados, pero siempre me capacité”.
También se refirió a los elementos que aporta el aprendizaje académico para aplicar en el trabajo diario: “Aprendés a ver puntos críticos, a diagnosticar, a identificar esos puntos críticos y ver cómo mejorar, evaluando distintos proyectos o formas de hacer las cosas, los números por ahí te dicen una cosa y no es el cien por cien, tenés que tener otras realidades también, se planta en un punto que vos vas viendo lo que es mejor. Te ayuda en lo tuyo y a mejorar mucho, en lo personal me sirvió muchísimo la carrera, como profesional lo apliqué en lo mío, no hice nada para afuera porque mi intención era esa, aplicar el conocimiento en lo que yo hacía, después si lo tenía que desarrollar en otro lado o me salía alguna oportunidad lo hacía, pero lo primero era estar en lo mío y hasta hoy lo estoy haciendo. Vos por ahí escuchás de lo que están hablando y vos tenés los conocimientos, tenés idea de lo que están hablando. A vos te sirve y vas comparando experiencias, escuchando, viendo, y después te lleva a analizarlo y aplicarlo en lo tuyo también”.
Marcelo hizo sus estudios primarios y secundarios en Selva. El nivel medio no fue en una escuela técnica, sino que terminó como bachiller con orientación docente. “Nada que ver con la carrera que seguí en la Universidad. Yo tengo a mis hermanos que han estudiado ahí también, y una se recibió en San Francisco y salimos del mismo secundario y hoy en Ingeniera Química, sirve, por supuesto que si vos venís de una escuela técnica tenés otros conocimientos que te ayudan, pero está todo en la voluntad de la persona, si a vos te gusta y le ponés ganas y no te quedás diciendo no, yo no puedo, lo vas a lograr, a lo mejor te va a ir un poquito más pero lo vas a hacer”.

Marcelo Beltramo vive y trabaja en Selva, Santiago del Estero


“Nosotros somos cinco hermanos, y siempre decimos que estamos agradecidos a nuestros papás que nos dieron la posibilidad de capacitarnos. Lo que primero que nos inculcaban es que estudiáramos, que el estudio no ocupaba lugar y que algún día no iba a servir, que si lo íbamos a necesitar, estaba. Y es algo que siempre decimos, todos continuamente cuando podemos nos capacitamos, cada uno en lo que está haciendo. Estoy agradecido a la Facultad por lo que me dio, yo alguna vez había salido de mi casa por dos, tres, cuatro días o cinco, pero fue un cambio, tenía 17 años cuando me fui de Selva a San Francisco, un cambio terrible para mí, pero fue algo extraordinario porque conocí gente que me dio una mano en la Facultad, que me aconsejó, cuando vos vas viendo experiencias nuevas, escuchás gente que a lo mejor ya tiene unos años y te dice algo que vos como lo tomés, te puede servir, yo estoy agradecido a la Facultad porque me encontré con gente muy buena, desde el primer momento y durante toda la carrera”, destacó por último Marcelo Beltramo.


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