Hace unos días se conoció la noticia de la muerte de una adolescente de 14 años, quien sufrió graves lesiones en la cabeza después de que estallara la batería de su teléfono, que estaba cargando bajo su almohada. Tomando como base el desafortunado suceso, y teniendo en cuenta este tipo de accidentes genera incertidumbres y cuestionamientos sobre el uso y carga de baterías de celulares y demás dispositivos, desde UTN San Francisco el Ing. Emanuel Bernardi brindó algunos datos y consideraciones a tener en cuenta.
Si bien no es lógico realizar conjeturas sobre lo ocurrido con la joven de 14 años por no tener acceso a pericias ni información oficial, el graduado de nuestra casa de estudios explicó en primer lugar que las baterías utilizadas en los dispositivos tecnológicos portátiles (celulares, tablets, computadoras, etc.) se basan en la tecnología Li-ion (Iones de Litio). Entre sus principales ventajas, ofrecen una elevada capacidad de almacenar energía.
Sobre todo, exhiben una mayor acumulación de carga por unidad de peso y volumen que las otras tecnologías disponibles, permitiendo de esta forma el diseño de baterías cada vez más ligeras y pequeñas que posibilitan la miniaturización en el diseño de los dispositivos móviles.
En condiciones de operación nominal, afirmó el ingeniero, durante el proceso de carga las baterías Li-ion almacenan grandes cantidades de energía que luego dosifican para mantener los dispositivos funcionando de forma aislada a la red eléctrica durante los que se llaman ciclos de carga y descarga. Por lo general, este ciclo de trabajo y las condiciones de operación de las baterías son diseñadas y desarrolladas para cumplir con estrictas normas de seguridad. Pero en ocasiones (no tan) aisladas se presentan fallos debido a errores de producción, diseño o uso.
¿Por qué las baterías fallan?
Empresas de primer nivel como Sony, HP y Samsung, entre otras, han experimentado fallas en sus baterías. Entonces, ¿por qué las baterías fallan? Según el profesional, las causas que producen que una batería falle son muy variadas: van desde errores en el diseño de los sistemas de ventilación, la incorrecta selección y diseño de condiciones de funcionamiento, la utilización de materiales contaminados, hasta el reemplazo de celdas por elementos no certificados o de dudosa procedencia.
Teniendo en cuenta que las baterías de Li-ion son capaces de almacenar grandes cantidades de energía, una falla en las mismas puede desencadenar reacciones químicas violentas que provocan desde fuego, gases peligrosos, hasta incluso explosiones de magnitudes considerables.
En principio, las baterías de Li-ion se cargan a través de un dispositivo gestor de cargas electrónico, que se encarga de balancear las cargas entre celdas de baterías, tanto como limitar las corrientes de carga y descarga de las mismas, explicó Bernardi.
Estos dispositivos mejoran considerablemente la seguridad en los ciclos de trabajo de las baterías. Pero desafortunadamente, estos dispositivos también son susceptibles a fallas y, en estos casos, las baterías quedan expuestas a condiciones de operación totalmente inseguras, incrementando las posibilidades de averías.
Consejos para cargar las baterías
Hay que tener en cuenta, al usar un dispositivo, algunos aspectos importantes. Entre ellos:
- Utilizar cargadores que cumplan con la certificación correspondiente.
- No reemplazar las baterías con equivalentes de dudosa procedencia.
- No dejar los dispositivos cargando sin supervisión.
- Desenchufar los dispositivos y el cargador (este último por el uso racional de la energía) luego de alcanzada la totalidad de la carga.
- Preferentemente completar los ciclos de carga y descarga.
- No exponer al dispositivo en sitios sin ventilación y con elevadas temperaturas.
- Monitorear la temperatura del dispositivo. En caso de muy altas temperaturas (que no se soporta al tacto) consultar a un servicio técnico.