Cada día decenas de alumnos llegan a la Biblioteca "Dr. Antonio Lamberghini" de UTN San Francisco en busca de material de estudio. Pero al retirarse, algunos de ellos se llevan, además de libros, una sonrisa en sus rostros. Así funciona este espacio, que como cuentan quienes lo atienden, es ameno y cálido.
Silvana Carrizo y María Elisa Imahorn son quienes están al frente. Desde hace tres años ellas cuentan con la colaboración de la becaria Virginia Priotti, estudiante de Ingeniería Química oriunda de Freyre. Entre las tres asesoran a los estudiantes y los ayudan a dar con lo que necesitan. En el Día del Bibliotecario, dialogamos con ellas para que compartan sus experiencias.
Carrizo es quien hace más tiempo que está al frente: desde 1995. "Fui estudiante de Sistemas y luego empecé a trabajar como bibliotecaria. Ahí vi la necesidad de que se estudie, entonces vino el perfeccionamiento para esta Biblioteca Universitaria. Al trabajar en red con otras bibliotecas al mismo tiempo, y viendo que muchas personas que las atendían contaban con el título, empecé la carrera en La Plata", contó la mujer, que se recibió de Bibliotecóloga apenas tres años después.
Sobre lo que se aprende en las aulas, explicó que va desde idiomas hasta administración, computación, historia y literatura.
Los cambios
Cuando llegó, la Biblioteca estaba ubicada en planta alta. El espacio físico no contaba con sala de lectura y el material estaba en una estantería cerrada, detrás del mostrador. "No había otra posibilidad porque el espacio no lo permitía", recuerda Carrizo.
Luego, vino la mudanza transitoria, en 2004, cuando se trasladó a la planta baja. Poco después, en 2007, se mudó definitivamente a un edificio independiente, que cuenta además con una sala de lectura y sanitarios, para comodidad de los estudiantes.
La Biblioteca de UTN San Francisco siempre se caracterizó por su accesibilidad. Ya en 1996 existía un catálogo digital aunque, por supuesto, no se podía acceder al mismo a través de internet, que llegó tiempo después. "Internet nos cambió completamente, en el contacto con los alumnos y en todo lo que tiene que ver con la vinculación con otras universidades", asegura Carrizo.
Su funcionamiento
En la actualidad, biblioteca atiende de lunes a viernes en horario corrido, de 9.30 a 22.30. Sus vías de contacto son, además del cara a cara, el teléfono, el correo electrónico, la web y las redes sociales.
Funciona como una red. En el lugar se coordinan préstamos interbibliotecarios a través del Acuerdo de Bibliotecas Universitarias de Córdoba (ABUC), una experiencia de cooperación que tiene por objetivo mejorar el acceso a las colecciones, promover servicios conjuntos y potenciar la formación tecnológica del personal. ABUC está formado por un consejo coordinador, un coordinador ejecutivo del programa, una comisión técnica y subcomisiones de estudios. En ese marco, todos los meses, biblioteca participa de una reunión de comisión técnica donde se plantean las tareas a seguir en conjunto y las capacitaciones para los bibliotecarios.
Y también se coordinan préstamos de material bibliográfico entre las diferentes Facultades Regionales de la UTN, lo que constituye una fuente de información y conocimientos muy importante.
El contacto con los alumnos
Carrizo e Imahorn coinciden en que su trabajo es dinámico. Además de gestionar los préstamos, cargar el material o encargar libros, se relacionan permanentemente con los estudiantes. El trato es especial: personalizado y muy cercano. "Es mucho contacto con los alumnos, la relación es grande, porque uno los participa, desde que tienen un problema hasta cuando les ha ido bien en un examen, son muy de exteriorizar todo, de contar. Aunque parezca medio estático no lo es, es dinámico, eso es lo que me gusta, hay mucha dinámica, hay mucha relación con los docentes y con los alumnos. Y también tenemos la posibilidad de hacer proyectos", reconoce Carrizo.
Imahorn suma: "Lo que me gusta es el contacto con la gente. A veces los chicos vienen con algún problema y te ven a vos como un confesionario. Te cuentan, vos escuchás. Aparte de que vienen a pedir un libro o a ver una tesis, a veces uno hace de oreja y te lo dicen, 'nosotros nos sentimos re bien acá, nos gusta cómo nos atienden'. El otro día nos dijeron que es una de las secciones en donde mejor los atienden. Y eso a mí me hace sentir bien. A los chicos hay que atenderlos así, hacerlos sentir como en su casa, porque a veces están lejos y extrañan. Eso es lo lindo que tiene biblioteca".