16 de junio, Día del Ingeniero Argentino / Testimonio de un graduado de UTN San Francisco
El 16 de junio se conmemora el Día del Ingeniero, en conmemoración de la creación de la carrera de Ingeniería, que se hizo tomando como base el Departamento de Ciencias Exactas en el año 1865. Cinco años más tarde, el 6 de junio de 1870, egresó del citado departamento de la Universidad de Buenos Aires el primer ingeniero civil de Argentina: Luis Augusto Huergo. Desde aquel acontecimiento a la actualidad las carreras de ingenierías tuvieron un marcado desarrollo constituyéndose en pilares del progreso del país.
Y nuestra ciudad de San Francisco,y una amplia región del este cordobés y el oeste santafesino, son testigos privilegiados de lo que significa la presencia de un centro de formación de ingenieros tecnológicos, como lo es la UTN Facultad Regional San Francisco, y su influencia en el sector productivo.
Muchos jóvenes abrazan esta profesión con gran compromiso y realizan enormes esfuerzos para alcanzar el título de ingeniero, que les abre las puertas a nuevas oportunidades. Un ejemplo de ello es el del ingeniero electromecánico Gerardo Cabrera, que vino desde la ciudad de Reconquista, Santa Fe, a terminar su carrera superando diversos obstáculos.
Este joven profesional de 33 años hizo sus estudios secundarios en la Escuela de Educación Técnica Nº 461 de Reconquista donde egresó como técnico electromecánico. Luego comenzó su carrera universitaria de Ingeniería Electromecánica en la Unidad Académica de esa ciudad, que dependía en ese entonces de la UTN - Facultad Regional Santa Fe. “Curse hasta tercer año ahí, pero me di cuenta que anhelaba un nivel superior a mi formación, entonces docentes de esa Unidad Académica me recomendaron San Francisco, como una casa de estudios de alto nivel académico y en la cual me iba a sentir menos distante con mi ciudad de origen”.
Su papá, operario de una industria textil, y su mamá, empleada doméstica, no podían costearle los gastos que implicada venir a vivir a San Francisco. “Así que decidí hacer un impasse en la carrera, por dos años, para dedicarme a trabajar y ahorrar el dinero suficiente para llegar a cumplir un sueño y un proyecto de vida como profesional universitario”, explicó.
Cuando llegó a la ciudad en 2008, pudo conseguir trabajo a las pocas semanas como operario en una industria metalúrgica local. “Ahí empezó mi gran sueño universitario”, remarcó. “Paraba en una pensión cerca del Hospital. En ese momento me ubique ahí, empecé a conocer la ciudad y después de cuatro o cinco meses de estar en ese lugar me pude trasladar más cerca de la Tecnológica, y así poder acortar la distancia física para ir y venir al cursado todos los días. Me manejaba en bicicleta, tenía casi 60 cuadras y volver a la medianoche no era nada grato”.
Cabrera recordó luego que: “La gente que me tocó conocer en el arribo a la Tecnológica, fueron personas que me brindaron una mano desde el primer momento y muchos de ellos hoy son grandes amigos que me dio la vida, más allá de excelentes colegas. Y en cada visita a la ciudad, tengo parada obligada para compartir y recordar grandes vivencias de mi paso como estudiante por la Regional”.
Después de graduarse en febrero de 2014, se volvió para el Litoral. “Para estar cerca de la familia y poder disfrutar a mis seres queridos de otra manera. Me radiqué en Resistencia, Chaco, por una cuestión de proyección y desarrollo profesional. Empecé a ejercer como profesional en una empresa de ascensores, de la ciudad de Buenos Aires, con más de 50 años en el mercado, que comenzaban a desarrollar sus negocios en la región Nea”.
“Mis actividades profesionales comenzaron en el área técnica como jefe de operaciones de la compañía, tuve el gran desafío de aprender un rubro muy complicado y de poder formar el equipo de trabajo para el montaje y mantenimiento de los medios de elevación en la ciudad”, explicó.
Después comentó que “formarme y especializarme como profesional en un rubro donde los graduados de la ingeniería no abundan, me brindo la posibilidad de emprender un desafío en forma independiente brindando un servicio de consultoría y asesoramiento a las diferentes empresas constructoras de la ciudad referido a los medios de elevación”.
“Pude encontrar una brecha o una faltante de servicio en esa área. Y hace más de 2 años que estoy trabajando en ese tema, haciendo proyectos, brindando asesoramiento y desarrollando distintas alternativas de mejora para ofrecerle al cliente de la industria de la construcción una alternativa de calidad y eficiencia en sus inversiones”, añadió.
En relación a los proyectos a desarrollar en el futuro, Cabrera expresó: “Mi gran desafío es poder lograr que se establezcan las normativas de uso de medios de elevación en la ciudad, y generar la figura de la representación técnica donde el profesional de la ingeniería tendría amplia salida laboral”.
“Y mi gran objetivo académico es especializarme en el área de calidad, la idea es a mitad de año empezar una maestría en Ingeniería en Calidad en la UTN de la ciudad y poder estar en el mundo académico nuevamente, aportando todo lo que me dio la Facultad Regional de San Francisco y devolviendo un poco de lo que la universidad pública me brindó en los años de formación. Esa es mi gran tarea pendiente, volver al ruedo universitario, al cual extraño mucho”.
“Debido a la situación económica que vive el país y su incidencia en el rubro construcción, mi actividad independiente se vio afectada directamente y se retrajo. Por ese motivo comencé a buscar nuevos horizontes profesionales que me brinden estabilidad, y tras un arduo proceso de selección desde principio de año, donde participamos varios profesionales de la región nea. La empresa Cablevisión S.A. confió en mis servicios para comenzar a trabajar en junio como Supervisor de Service en la base técnica de Corrientes Capital. Desafío que me invita a interactuar con las nuevas tecnologías de la comunicación, el entretenimiento y velar todo el tiempo por la satisfacción al cliente. Además de liderar y conducir un grupo técnico altamente especializado”, finalizó.