La Dra. Alfonsina Andreatta, docente investigadora de nuestra Facultad, recibió el Premio Juan Pablo II al Arquitecto Social del Año 2025, y Diego Lafarina, trabajador nodocente de nuestra casa de estudios también fue distinguido en la XII edición de la Gala Anual de Premiaciones “Arquitectos Sociales”.
La ceremonia se llevó a cabo el jueves 4, realizada días atrás en el Centro Empresarial y de Servicios (CES), y contó con una nutrida participación de vecinos, familiares, autoridades y organizaciones sociales. También fueron distinguidos Beatriz Massola, Carina Saluzzo, Alberto Chianalino y Ana Bertello, en diferentes categorías que destacan trayectorias de vida, vocación de servicio y compromiso con la comunidad. UTN San Francisco estuvo representada además por el Vicedecano, Ing. Javier Saldarini.
Andreatta fue reconocida por su labor académica y científica, y su compromiso con el desarrollo de la investigación local en el ámbito de la ingeniería química. “Me siento muy contenta, muy orgullosa de la distinción recibida”, dijo emocionada, y agregó: “Siempre me gustó estudiar, siempre fui a establecimientos públicos de enseñanza. Tuve la posibilidad de estudiar una carrera que me gustaba mucho, Ingeniería Química, en la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional San Francisco. Fue la institución que me brindó el título de ingeniera y a partir de ahí se me abrieron muchas puertas”.
En un breve repaso por su trayectoria, Alfonsina recordó que tras graduarse logró una beca del CONICET. Se trasladó a Bahía Blanca, donde vivió cinco años. “Me recibí de Doctora, posteriormente me capacité en España, en Estados Unidos, y después con un programa de reinserción me reincorporé en el 2009 en la UTN con dedicación exclusiva”.
“Los conocimientos que adquirí los volqué aquí, en esta facultad, donde la investigación recién comenzaba. Empecé a captar estudiantes, docentes, investigadores, y hoy hay personas que están conmigo desde aquella fecha. Fui parte de la creación de un grupo vinculado a la Planta Piloto de Ingeniería Química (PLAPIQUI) en la Universidad Nacional de Córdoba, que después fue una unidad ejecutora del CONICET y la UNC”, relató.
Cabe destacar que la Dra. Andreatta lidera actualmente el grupo de investigación INPROSUS (Ingeniería de Procesos Sustentables), en el nuevo Centro UTN de Investigación. Explicó que su grupo trabaja en la recuperación de compuestos activos en plantas y productos naturales para darles una aplicación concreta y valor agregado. “Aplicamos tecnología para reducir el consumo de agua, energía y generar la menor cantidad de emisiones de dióxido de carbono. Esos son nuestros principios”.
“Estoy dirigiendo becas doctorales, tesis doctorales, investigadores, docentes y estudiantes. Sin un equipo detrás, esto no es posible. Si bien el reconocimiento es personal, sin equipo no hay mérito personal, eso démoslo por sabido”, remarcó.
Sobre la distinción recibida, destacó: “Fue una alegría muy grande, una alegría muy grande que todavía hoy me emociona. Me llena de orgullo el reconocimiento y estoy muy agradecida a la familia Muratore, que tienen esta constancia de realizar estas distinciones a todos los ciudadanos de la ciudad. “Esto impulsa a continuar con la misma pasión y dedicación, más allá de las adversidades que uno puede tener en lo cotidiano. Te ayuda a no bajar los brazos. Yo amo mi trabajo y le dedico todo mi tiempo”.
Fortaleza en la adversidad
Diego “Chucho” Lafarina también fue distinguido en la Gala de Premiación de “Arquitectos Sociales”, en la categoría “Fortaleza en la Adversidad”. El trabajador nodocente de UTN San Francisco convive desde niño con una osteogénesis imperfecta tardía que lo llevó a padecer múltiples fracturas desde su adolescencia. Aun así, llevó siempre una vida activa y sin complejos, sostenido por su familia y amigos. En 2020 comenzaron nuevas complicaciones: dolores persistentes en su pierna izquierda, cirugías y una larga búsqueda de diagnósticos que finalmente revelaron, en 2021, un angiosarcoma avanzado en el fémur. La única alternativa fue una desarticulación de cadera. Tras la amputación, atravesó un proceso emocional profundo, enfocándose luego en la rehabilitación con el apoyo de su familia y amigos.
En ese camino, “Chucho” reconstruyó su vida desde la resiliencia. Adaptarse a la prótesis, entrenar diariamente y reencontrarse con el deporte fueron pasos clave para recuperar su autonomía y su motivación. La natación se convirtió en su nueva manera de desafiar límites y, con perseverancia, logró competir en un triatlón local. Con el acompañamiento de su familia y su propia determinación, Diego transformó la adversidad en motor de vida para seguir adelante.
Lafarina contó que su fuerza no nació de un día para el otro, sino que se fue forjando desde la infancia, cuando se enfrentó a sus primeras fracturas y a la necesidad de adaptarse constantemente. “Nunca traté de quedarme en mi casa, siempre busqué salir adelante con la situación que me tocaba”, explicó, al repasar aquellos años en los que, pese a muletas, yesos o sillas de ruedas, seguía asistiendo a fiestas, andando en bici o practicando deportes.
Esa manera de encarar la vida volvió a acompañarlo décadas después, cuando tuvieron que amputarle la pierna izquierda: “Fue como que me sacaron un peso de encima, como si me hubieran sacado el diablo de adentro”, contó sobre la cirugía que le quitó los dolores físicos y marcó un antes y un después en su historia.
En esa reconstrucción personal, la rehabilitación fue clave, primero en tierra y luego en el agua, donde encontró un nuevo punto de apoyo emocional. “Cuando me metí a la pileta recuperé algo de estabilidad y dije: ‘quiero ir un poco más allá’”, recordó.
Pero la verdadera fortaleza, asegura, provino de quienes nunca lo soltaron. “Mis pilares siempre fueron mi forma de ser y la gente que me rodea. Mis amigos, mis compañeros de trabajo, mi familia… sin ellos yo no sería lo que soy”, expresó. Nombró especialmente a su esposa y a su hija, quienes atravesaron junto a él los meses más duros y le dieron motivos para seguir avanzando: “Muchas de las cosas que soy se las debo a ellos”.
Al momento de recibir el galardón, la emoción lo desbordó: "No me lo esperaba”. Sin embargo, el reconocimiento lo vivió como un homenaje colectivo. “Fue un premio muy lindo, no solo para mí sino para toda mi gente que me acompaña. Si soy lo que soy, es gracias a ellos”, cerró.
